Te quiero mucho

Te quiero mucho

Mario no quiso coger su mano, ni darle el primer beso rutinario de cada encuentro. Ante el imprevisto, Eva se quedó expectante. —Bueno, es que, verás, tía… Me molas, ¿sabes? Me molas mucho…. Sí…. Era temprano para que los niños tomaran los columpios y llenaran el...