por F. Javier Rascón | Oct 28, 2018 | Jarabes de letras
Antes rompíamos las fotos y quemábamos las cartas. El teléfono sólo era para hablar y además estaba en el salón. Punto. Cuando se acababa todo, se acababa. Éramos afortunados sin saberlo. Pero hoy no. El rastro es palpable. La presencia de los otros nos envuelve sin...